Estos momentos del año 17 del siglo 21, en el que se llevan vírgenes que lloran                     (estas denominadas vírgenes paradójicamente dan a luz a hombres que paradójicamente son dioses) sobre los hombros, al tiempo que un coro negro de plañideras con olor a sudor expulsan rosas por la boca y los otros cobran o pagan -en el peor de los casos- por mirar desde un balcón, son ideales para replantearse algo que creo que se nos escapa como un pedo inodoro: parece que no se nos está permitido decir lo que pensamos, lo que se nos pasa por las pocas sinapsis cerebrales intactas que nos quedan, lo que el alcohol tiende a expulsar por nuestra garganta porque te aprieta el esfínter que no puedes más por miedo a herir la sensibilidad de los demás. Golpe de platillos.

Pero, ¿por qué? ¿Por miedo a perder a los amigos de las redes? ¿Por miedo a que no te llamen? ¿Por miedo a pasar por un gilipollas que quiere llamar la atención?

No sé, creo que no hay nada de malo en afirmar o más bien expresar determinadas opiniones o concepciones de nuestro mundo que es nuestra realidad y hacerlo de tal forma que no invadas el territorio de nadie porque no metes la zarpa en sus casas, ni el pito entre las piernas de sus novias ni en la conciencia colectiva que no es propiedad privada de nadie, precisamente porque es una amalgama de aceite de oliva virgen extra, pota, orín, Chanel Número 5, Chomsky, Chaplin y Chelo García Cortés : simplemente te expresas con la absoluta convicción de que tendrás receptores positivos y otros que se acordarán de la puta de tu madre (que es la mía y además no es nada puta. Ahí otra paradoja). Ejemplos para que todo el mundo lo entienda:

1. Francisco Rivera Ordoñez representa todo aquello que no soporto (soy muy envidioso, lo sé). Guapo, pelo de actor, muy aseado, inculto pero experto en anatomía con toques de Álvarez Gómez y un amor visceral por los toros. En definitiva, el horror hecho hombre…cillo.
2. Su hermano Paquirrín, hijo de folclórica con vello facial, hermano del otro que se ducha. Cerrad los ojos. Pensad en su cara. Ya está está todo dicho.
3. Aznar. Enano cachas. Le miro y veo mi futuro. Le odio. Me quiero morir. Me odio.
4. La Semana Santa. A ver si va a ser todo menos santa…La substituiría por una carroza del Orgullo Gay. Algo muy guarro y sórdido. Con cuero, lubricante, gorras de policía y bien de BARE BACK y ANAL. Que me denuncien los de la Cofradía del Gran Poder, que para eso son poderosos. Esto es la libertad ¿no? Ellos impiden el paso y yo escupo como una perra rabiosa.
5. Que no nos quiten nunca las ganas de decir lo que nos gusta…y lo que no. Esa será la única manera de impedir la muerte en vida.

Paz y amor, corazones. Sed muy putas en esta semana.