Llama, flama, candela, fuego, fire, lumbre, fogata, tea, pira… y una por encima de las demás: lume. Porque España arde por dentro y por fuera y lo hace por todos sus costados pero el más verde, aquel que te llena los pulmones con una mezcla de ventana abierta frente al monte, lavanda y una pizca de sal marina, se funde en cenizas. Y en este punto negro, y como siempre tarde, surgen las preguntas: ¿Por qué se quema Galicia, me cajo en diola?
1. Estadísticas del INE para «contextualizar» el problema, la tragedia, o como dice Feijóo, «la actividad homicida«:
- En 2016, se registraron 143 incendios en Galicia que supusieron 533 intervenciones. Le siguió Castilla y León con 100 incendios y 254 intervenciones.
- Solo los municipios de Muiños, Oímbra, Entrimo y Cualedro, provincia de Orense, sumaron 6698,19 hectáreas de superficie forestal quemada muy lejos del segundo y tercer clasificado, las provincias de León y Valencia con 3431,49 y 3746,4 respectivamente.
- Restricciones políticas para reponer bajas en plantillas de los parques de bomberos. En el Concello de Orense solo están cubiertas 53 de las 71 vacantes.
- El fuego ha devastado unas 69.000 hectáreas y destruido unas 3.500 construcciones en el condado de Sonoma.
- Miro las estadísticas sobre repoblación forestal y aparece la leyenda s.d. (Sin datos)
- Lo mismo con la superficie forestal certificada según sistema de certificación europeo…
- 80 incendios en dos días con 4000 hectáreas incandescentes, se detiene a dos «rapaciños» de 20 y 21 años de Coristanco a los que se atribuye hasta 13 incendios durante varios años, la Fiscalía apunta que en España se investigó a 398 personas durante el 2016 y se detuvo a otras 51. De éstas, 8 eran gallegos, Feijóo culpa a Portugal, cuatro muertos, Rajoy y Trump son amiguitos…
- Hmmm, aquí están pasando cosas raras. There’s something fishy here.
2. «Todos los años pasa lo mismo, for God’s sake»– se lamentan los pobres paisanos que ven como poco a poco Galicia desaparece ante sus ojos. Y es verdad. Esta vez los medios lo consideran de interés público materializado en portada porque ha habido víctimas y sin embargo la situación que se vive por estos lares se repite una y otra vez cada verano. Playa, mariscadas e incendios. La santísima trinidad xacobea. Y el mundo mira hacia Cataluña.
3. La ley del silencio. Si parece que solamente los núcleos rurales se queman, Arteixo es una excepción «aZARosa», el foco del problema tiene que encontrarse entre los miles de minifundios en los que se divide la tierra, muchos de ellos abandonados (marcharon todos a la ciudad…) e improductivos y que valen más si se le prende la cola a un perro, se le invita a correr entre las zarzas secas y llamas al seguro pero no al 085. Nadie ha visto nada. Por supuesto, el can desapareció y son los propios vecinos quienes acabaron apagando con mantas el desastre. Y el «Capitán Cerillas» sigue suelto…
4. La temperatura, the wind, la menor humedad por culpa del cambio climático, los intereses de las madereras y constructoras, lightning, las colillas, todo eso conecta Galicia con su homólogo americano: California. La diferencia estriba en que la mayor parte del terreno quemado no se edifica después porque, ¿who the fuck wants to live in Chandrexa de Queixa?
5. Repito la pregunta: ¿why does Galifornia arde cada summer, me cajo en diola?
Por culpa del fuego. Por culpa del hombre. El fuego, el hombre. Fire, mankind. El fuego nos une.