Inauguramos una nueva sección dedicada al estilo o toque —no confundir con la prolongación del ovario al final de la cual aparece el estigma de la flor— rasgo único de algunas personas  para continuar siendo ellas mismas, aunque estén comprando en chandal una docena de huevos en el Carrefuck, si es que una situación parecida pudiera darse en la vida de algunos de estos mitos vivientes.

Comenzamos, omito su nombre real porque aquí no salen marcas que no pagan, por los 173 centímetros de A. Chung. Nacida en Privett (New Hampshire), esta chica de padre chino es, sin lugar a dudas, la madre de todas esas It Girls (chicas guapas de buena familia que compran mucho, pagan poco o nada y resplandecen como una botella de Cristal en una fiesta top). Bien educada, de voz mezcalosa, con flequillo rebelde x 2 y labios tiernos como un bizcocho de leche, solo tiene que mencionar el nombre de un grupo para que acapare la portada del NME, que las «estolas» de Longchamp se vendan como «palestinos» (¡qué raro ver estas dos palabras en una misma frase!: «¡A. Chung is on the block motherfucker!«) o que Palo Alto se convierta en hit peliculero independiente al ser mencionado en el último párrafo de su columna diaria, justo cuando ya no tenía ganas de escribir.

¿Quieres vestirte como ella? Veamos.

  • Asume tus limitaciones. Para ello necesitas un armario como el de Imelda Marcos.
  • Abre los ojos porque cuando tú vas, ella vuelve de revival, porque cuando tú estás comprando los billetes para Nueva York, ella ya se ha hecho amiga de todo Williamsburg (los locales lo llaman Willyburg). Allí le invitan hasta los taxistas.
  • Atrévete con todo tipo de complementos, pero intenta que las dos horas que pasas decidiendo qué ponerte parezca fruto de la improvisación. Es decir, alpargatas ligeramente sucias y atadas a los tobillos, vaqueros rotos, camisa de logaritmos y coches, gafas a lo Ziggy Stardust y pelo suelto.
  • Para los festivales de media tarde no olvides las botas de agua, aunque vayas al FIB. Los vaqueros rotos pero castos y cuando llega la noche pasa del histriónico Alex Turner y ponte un vestido vaporoso rosa con una chupa de cuero.
  • Lo más importante: A.Chung es única y cuando se viste nada es dejado al azahar (ella huele a eso y por lo tanto el azar está más muerto que la muerte). El estilo se puede copiar, pero de ahí a tenerlo…
  • Si te queda alguna duda al respecto tienes 2546652 fotos  en Internet de ella posando en ‘photocalls’ para los mejores fotógrafos del mundo.

Conclusiones:

Let me tell you something my dear (empleo el inglés porque albergo la esperanza de que lo lea y caiga rendida ante mi dominio de su idioma, nunca se sabe).

Every time i see your angel face and i look into those «i just found out an ever shining emerald» eyes i feel deeply sorry for myself: I can’t help it. You are just too clever, too neat, too IT… just a walking example of a successful human being with an amazing capacity to predict the future even before the present turns into past… rare capacity though. And those two fingers and that left hand side dimple, and that white collar shirt that smells like a girl from a miniature village that in a short period of time is becoming a global icon and keeps growing and growing in silence. Rare talent too. Discretion and white soap. 

Seguiría pero ella no necesita oír más gilipolleces, vosotros tenéis que trabajar aunque os joda, y yo no tengo más intenciones que iniciar esta nueva sección con seres humanos que son, por derecho propio, un paradigma de lo que son los seres humanos elegantes que son, por derecho propio, un paradigma de lo que son los seres humanos que nos gustan.

WE love U, A. Chung.

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