Yo acuso: carta al alcalde de Madrid

Estimado Sr. Alcalde:

Le escribo estas palabras con la esperanza, jamás debemos perderla, de que recapacite en lo relativo al desmantelamiento de Madrid Central, plan estrella de su sucesora en el cargo y cuyas bases, le recuerdo, se encuentran en la creación de las Áreas de Prioridad Residencial impulsadas por su partido en 2004 con el objetivo de restringir el tráfico en la capital. Hasta aquí una cuestión de memoria. Ahora continúo con el tiempo que nos ocupa.

Desde el 1 de julio, usted, en nombre de las siglas que le otorga el poder caprichoso de los pactos, y sin el apoyo de una parte de los madrileños plenamente conscientes de la necesidad de vivir en una ciudad que no desaparezca bajo la amenaza del dióxido de nitrógeno, el ozono y otras partículas causantes en el 2018 de 30.000 muertes en nuestro país, ha decidido establecer una moratoria de tres meses en la que no se multará a los coches que atraviesen el ya de por sí congestionado centro.

El calendario le respaldará porque coincide con los meses en los que el madrileño intercambia aceras por arena de playa, así que, previsiblemente, los niveles de contaminación disminuirán convirtiéndole en el ganador inesperado de una batalla que conduce a la derrota, la suya, la nuestra y la de todos los que están por llegar.

Yo le acuso, señor Almeida, de futuro homicidio involuntario de miles de personas, las mismas que consideran que la política está al servicio del hombre y nunca por encima de la vida.

Yo acuso a su partido, el Partido Popular, de homicidio por imprudencia grave al promover, por razones que casi nadie comprende, el uso del coche frente a la bicicleta, las piernas o el transporte público.

Ignoro si al formular estas acusaciones arrojo sobre mí el peso de los artículos 205 y 216 del Código Penal, pero me mueve una pasión, la del Madrid amarillento exento de humos, la de mi ciudad convertida, por fin, en ese lugar en el que vivir se parece más a construir que derribar, nunca bajo el mismo techo, siempre bajo el mismo horizonte.

Reciba usted un cordial saludo.