Sí, tenemos miedo

Es evidente. Tras ser testigos involuntarios de la última masacre que ha tenido lugar en Barcelona -ahí cerquita, a dos pasos de nuestra casa- y a pesar de los esfuerzos (claramente importados) de nuestros dirigentes por mantenernos unidos con las mismas palabras de siempre (el orgullo, la democracia triunfará…lalalará), un nuevo miedo, riesgo, tembleque, desconfianza, comienza a crecer dentro de nosotros. Si, tenemos miedo. Estamos acojonados. Esperamos el autobús, hacemos cola en Barajas o caminamos por el centro de Madrid cargados con las bolsas de cartón del Primark con el sentido de supervivencia activado: podemos ser los próximos, la amenaza existe. La hemos visto en los medios de manera incesante desde la caída de las torres Gemelas, porque ese día fuimos conscientes de que Nueva York era al mismo tiempo Kabul y París, Nairobi y Estocolmo…cosas de la globalización.

planet-earth

El problema que tenemos todos, los de letras y los de ciencias mixtas e incluso puras, musulmanes y cristianos, listos y perezosos es que se nos da muy mal calcular porcentajes de hechos con pocas probabilidades de ocurrir:

Ejemplos:

-Es más peligroso (desde el punto de vista de acabar flotando boca abajo, con el bañador dejando media nalga al descubierto e inflado como un gorrino) tener una piscina en casa que una pistola descargada y guardada en el cajón, coger un Uber (sino ha sido exterminado previamente por un taxista cabreado) que fallecer en las Ramblas un día aciago del mes de agosto del año 2017, sufrir un coma etílico por ingesta de «Jagger Bomb» junto a Dolan en la Sala But un jueves cualquiera que ser el blanco de un pistolero del Isis.

Y así la lista engorda y engorda mientras el mundo tiembla y si lo piensas un segundo en tu habitación, lejos del ruido de las putas redes/medios sociales y su falta de materia gris y sentido común, con el móvil sin batería debajo de la cama y la ventana abierta de par en par que permita al viento del estío que te despeine para devolverte un poco de autocontrol vital con postura de manos a las 2 y 15 sobre el volante de tu vida llegarás a la siguiente conclusión: que la probabilidad de morir a lo largo de la misma por cualquier causa es de 1 sobre 1 y que quizás, solo quizás, no todos somos Barcelona (es más sencillo ser una ciudad de 7000 millones de habitantes) pero si humanos con una necesidad terrible por seguir respirando.

 

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