La escena se repite cada vez que uno debe entrar en el campo de batalla; uno siente en su abdomen bajo la vejiga  como la gaita de Hevia después de haber consumido siete botellines de Mahou y abre ligeramente las piernas para concentrarse en el blanco. Resopla. Mira el techo, después la punta de ese miembro contraído tras varias horas sentado en su taburete preferido, el azulejo que contiene pequeñas gotas de condensación de calor humano y siente la presión a su espalda procedente de ese grupo de desconocidos manteniendo la misma posición contra la pared, frente al vacío. Y los baños públicos se transforman en un pelotón de fusilamiento del que es prácticamente imposible salir indemne. ¿Dónde estará la maldita araña en la que concentrarse? ¡No puedo…! Y el tiempo pasa, nos vamos haciendo un poco más viejos, y los reos más veteranos beben de la cerveza que sostienen con la mano libre y son sustituidos por otros de largas cabelleras, como si ese acto público e impúdico, antinatural y forzado pero al mismo tiempo genital y preceptivo, fuera sencillo. Y no lo es en absoluto y además es una fobia que se extiende como lo hace el agua que corre libre sobre la superficie del urinario cuando uno tira de la cadena, con su nombre ad hoc (paruresis) y que presenta diferentes grados, siendo el peor de todos el que te deja a medias, relajado para consumir un par de botellines más, pero no lo suficiente como para aguantar y descargar toda la furia contra el váter de casa, ese que aparece ante nosotros como una quimera familiar y redentora, demasiado lejana.

Así es; existe el síndrome de la vejiga tímida y es algo que está íntimamente relacionado con el miedo a los demás, ese que no te permite ser tú mismo, pensar, abrir la boca y decir que lo que te rodea no te gusta, que es una mierda pero claro, ¿qué pensarán de ti se lo haces en público, a la vista de todos y con los pantalones por las rodillas?

Maldito condicionamiento social, se cuela hasta en las cloacas de nuestra vida… y además nos fuerza a hacer comparaciones odiosas, a buscar trabajos cerca de casa.