Un canciller alemán dijo que «nada que venga de Francia puede ser bueno». Los tiempos muertos demuestran lo contrario. Gracias al país al otro lado b(r)ota la esencia de una España negra y pelirroja, de niños altos con cara de oficinistas unidos por las ganas. Venían a ganar perdiendo de antemano, a jugar frente a las torres y la falta de fe de la afición, supuestos aliados. Casi todo en contra, como a la contra se forman las familias que anticipan paraísos. ¿Cuánto duran? Una noche en la memoria, un campeonato, el tiempo que se tarda en recoger el confeti volando por el aire. En el triunfo se conoce a los países. Y este es bueno porque gana a la arrogancia.
El estadio venía con silencio. Un señor decía «a tomar por culo» cada vez que Juancho encestaba un triple. Sucede lo mismo en las familias, fuente de alegrías y perversiones en cuatro cuartos y una vida fuera de la cancha. En ambos casos lo importante es el vínculo lejos de la sangre, una manera de ser y sudar juntos porque de ello depende el crecimiento. No se trata de sacralizar los lazos, sino de promover alianzas como forma de biografía invisible, la única que cuenta. Después se recurre a Rudy como padre.
A veces, la casa resiste sobre cinco columnas: un base que se tira todo, un escolta vasco, un alero lleno de tatuajes, un ala-pivot con rodilleras en el codo y un MVP a hombros de los gigantes. El banquillo aporta granos de arena con forma de canasta y actitudes que deberían ser estudiadas en la escuela. Sucedió, todos lo vieron. Hace años España nació por detrás del marcador. Cuando ganó a Francia nadie salió derrotado. Extraño mundo este, bendito baloncesto de oro patrio.

Ilustración: Guy Billout
Buenos días, Javier.
He leído muchos piropos al baloncesto nuestro, pero ninguno como el tuyo, uniéndolo de este forma tan bella y significativa al término familia. La que la vida te consigue, no la que te otorga la sangre.
Yo que «sufrí» desde aquel grupo compuesto por Corbalán, Epi, Romay y demás guerreros, fui un incauto optimista en olimpiadas y mundiales que tenía que ver de muy madrugada y que soñé despierto luego con la de Gasol y familia, que mi hijo se ha acostumbrado a «disfrutar», hoy no puedo más que sonreír ante esta curiosa costumbre de ganar que tienen estos monstruos. 😉
Amar el baloncesto, por encima de «otros» deportes, nos enseña a amar muchas otras cosas.
Felicidades por la parte que nos corresponde.
Un abrazo.
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Ví la palabra familia escrita en todas partes y bueno, un equipo es eso en un contexto competitivo. ¿Te imaginas a las familias compitiendo por ser mejores familias? Siempre es un placer leerte. Oye, quería preguntarte, ¿conoces alguna editorial que reciba manuscritos? Novela o ficción.
Mil gracias y un abrazo enorme
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Buenos días, Javier.
No conozco ninguna personalmente, pero por referencias de otros compañeros, sé de estas:
Como autopublicación:
https://lektu.com/
https://kdp.amazon.com/es_ES/
De amigos o conocidos que han publicado allí:
https://vientonorteeditorial.com/manuscritos/
https://libros.com/
https://www.bubok.es/publicar-un-libro
https://redkeybooks.com/ (Esta es nueva y está empezando a captar autores)
Verkami es una plataforma de crowdfunding (micromecenazgo) y permite intentar la publicación de libros, entre otras cosas: https://www.verkami.com/starting
Y buscando con san Gugel, he encontrado estas dos:
https://edicioneseuropa.com/
https://librosyliteratura.com/contacto
Este artículo es bastante exhaustivo. Abajo tienes una sección que dice «Editoriales españolas que aceptan manuscritos»: https://www.letrasdeencuentro.es/editoriales-espa%C3%B1olas
Y aquí hay otra lista con más editoriales españolas que aceptan manuscritos: https://www.kmeleono.es/editoriales-espanolas-para-publicar-libro/
Espero que te sirvan de ayuda y, en cuánto consigas publicar, no dejes de avisar. Quiero uno dedicado. 😉
Un abrazo.
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Qué maravilla. Mil gracias, querido mío
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