¿Dónde queda la música?: Guía de la mentira en la que viven los grupos

Decía Harry Crews que todos queremos ser músicos y además famosos pero, ¿por qué?: porque no amamos lo que hacemos. Si amas la música, si realmente la amas, no te preocuparía ser famoso, la popularidad sería una consecuencia azarosa del simple hecho de decorar el ruido de fondo.

Sin embargo, desde que la ya de por sí exigua industria musical española encogiera aún más con la llegada de la piratería, la práctica desaparición de la venta de discos y el entrometimiento de las compañías en los conciertos —a día de hoy el único sustento real del músico— asistimos a un intento un tanto desesperado por mantener las apariencias, un canto desafinado del cisne-músico que emplea recursos tan estúpidos como la palabra gira para un concierto acústico en Motilla del Palancar y una canción a capella en la boda de una amiga en Dublín (más de tres darían lugar a un «tour»), fotos desde un ángulo muerto en el que se aprecia la sala a rebosar cuando la realidad es que más de la mitad de los asistentes son invitados con sobrepeso, exaltaciones de la amistad artística tan impostadas, tan living the dream, tan tengo el mejor oficio del mundo que responden más a un intento desesperado por captar seguidores o a un furor uterino pasajero que a una realidad aplastante: el músico pena, la mayor parte del tiempo fracasa, come guacamole del Ahorra Más en cuartos de baño habilitados como camerinos y sobre todo convive con el miedo de saber que los sueños son aquello que termina cuando nos despertamos.

Si tanto amamos lo que hacemos, ¿por qué no existe un sindicato de músicos que pelee por una mejora de las condiciones laborales, que exija que aquí nadie toca gratis, que establezca circuitos de salas en las que el músico no pague por trabajar? ¿No es el amor y la hermandad lo único que trasciende en las fotos? ¿No es la creación un acto en el que mostramos al mundo que sí, que es verdad, que hemos venido para perder pero mientras sucede hacemos lo que más nos gusta y sonreímos?

Alguien podrá pensar que estas palabras están llenas de hostilidad, de frustración, que solo alguien agriado por las circunstancias sería capaz de desnudar el mundo de la música y mostrarlo en trapos menores bajo el foco de la pista central del circo, en toda su vulnerabilidad. La respuesta es ese caso es una pregunta: ¿no es sobrevivir cantando el mayor triunfo de todos?

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Busquemos la verdad… aunque duela.

7 comentarios en “¿Dónde queda la música?: Guía de la mentira en la que viven los grupos

  1. Brillante resumen. Pero con un error, lamentable, al final. Sí existe ese sindicato de músicos que reclamas. La sección sindical de música de la CNT Gráficas, Comunicación y Espectáculo está, literalmente, apalizando a los empresarios reclamando. precisamente, mejoras en las condiciones laborales, exigiéndoles que nadie toca gratis o denunciando a los circuitos de salas en las que el músico no paga por trabajar pero le exigen presentar factura como en el fatídico Girando Por Salas.

    ¡Ah! y están viniendo más sindicatos, y las reivindicaciones son las mismas.

    Tu entrada, es muy buena. De verdad. Te sugiero, por otro lado, que visites estos enlaces:

    https://recetasdechiripa.wordpress.com

    Salud!

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    1. Gracias por la info, Juan José!! Conocía la existencia de ese sindicato pero desconocía que tuviera la fuerza necesaria para presionar cómo comentas…Me sumerjo en los links proporcionados y te agradezco que pongas de manifiesto mi ignorancia. ¡¡¡Abrazo enorme!!!!

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      1. No, querido, has sido capaz de concentrar en unas pocas líneas lo que otros ni siquiera ven en años. Te felicito por ello.

        El detalle «pequeño» que olvida los sindicatos, jodidamente hostiles con la precariedad laboral y los abusos de los empresarios -puedo afirmarlo desde la experiencia asociativa-, no te convierte en ignorante. Ignorantes, mezquinos y traidores a sus propios compañeros, son aquellos quienes conociendo a los sindicatos, y sus justas reclamaciones, los ignoran y desprecian todo el tiempo.

        Si nos sigues, conocerás sus nombres, sus organizaciones, sus empresas, sus «circuitos», sus «proyectos» y hasta sus chanchullos.

        ¡Te animo a que te sumes a éste movimiento!

        Por favor, ponte en contacto conmigo por privado 😉

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  2. Reblogueó esto en Recetas de cultura, economía, estilo, tecnología o cocina, básicas para una revolución a las 11h15y comentado:
    Brillante resumen. Pero con un error, lamentable, al final. Sí existe ese sindicato de músicos que reclamas. La sección sindical de música de la CNT Gráficas, Comunicación y Espectáculo está, literalmente, apalizando a los empresarios reclamando. precisamente, mejoras en las condiciones laborales, exigiéndoles que nadie toca gratis o denunciando a los circuitos de salas en las que el músico no paga por trabajar pero le exigen presentar factura como en el fatídico Girando Por Salas.

    ¡Ah! y están viniendo más sindicatos, y las reivindicaciones son las mismas.

    Tu entrada, es muy buena. De verdad. Te sugiero, por otro lado, que visites estos enlaces:

    https://recetasdechiripa.wordpress.com

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