Lo reconozco; siempre he sentido especial antipatía por los retos que la era viral-digital ha traído consigo. No le veo la gracia a echarse agua helada por encima —a pesar de que se haga por una buena razón—, compartir tu deterioro físico del 2009 al 2019, o aquel desafío de «la sal y el hielo», combinación letal sobre la piel que terminaba con una terrible quemadura. Y, ¿qué decir del «In my feelings challenge» que consistía en bajarse del coche en marcha y hacer una coreografía con una canción de Drake? Este también era por una buena causa y causó varios accidentes que casi les cuesta la vida a varios idiotas bailongos.
Lo admito, soy un rollo de tío, incapaz de pasármelo bien de esta forma. Además no soporto que otras personas se lo pasen bien, lo graben e ignoren los intereses espurios que se esconden detrás de la «cultura» de masas.
Es por esta razón que quiero proponer el verdadero reto del 2019, algo que no tenga ningún vínculo con recaudar dinero, ni con los labios de Kylie Jenner, ni siquiera con actividades al aire libre (aunque también compute hacerlo en el baño y el bosque). Ahora que llega el invierno propongo que echemos un polvo diario, cumplirlo a rajatabla todos los días a pesar de que hayamos trabajado muchísimo y lo único que nos apetezca sea llegar a casa, abrir una lata de mejillones y ver una serie de Netflix, rebelarnos contra la gripe, los niños y el tedio diario de compartir la cama con la misma persona con la que comenzaste a salir y que en este preciso momento está sentado en la cocina comiéndose un sandwich de pavo con las lorzas al aire y un principio de calvicie en la coronilla que brilla bajo la tenue luz. Y con sexo quiero decir a que vale cualquier cosa pero que incluya coito, lo suficiente para que tus mejillas recuperen el color y tu piel la firmeza de antaño, hasta que eso que a día de hoy es un premio (el 25% de las parejas casadas follan menos de diez veces al año) se convierta en una rutina más, como ir al baño, pagar el I.V.A. y pedir una pizza los viernes por la noche.
Adelante valientes, a ver quién se atreve.

desafio aceptado!
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Pues a partir de mañana…
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