Sin villancicos no hay Navidad

En diciembre las navidades llegan a lomos de El Gordo, mucho estrés, cenas familiares con tendencia al infinito (+ 1) y ese famoso espíritu ‘anti-grinch’ que impulsa al paisano a desear la felicidad de aquellos a los que no soporta el resto del año. Sin embargo, ¿qué sería de los belenes, las luces y las burbujas sin la banda sonora que los acompaña? Porque si el verano no se entiende sin Georgie Dann, la primavera abre las flores y el otoño es la estación en la que la gravedad es norma, entonces los villancicos son culpables de convertir el invierno en melodía, a veces tortura, campana sobre campana y sobre campana… ya se sabe.

El villancico surge como la canción de la villa, registro costumbrista de esos lugares en los que la vida pasa y a los que se da forma allá por el siglo XIII, convirtiéndose en verdaderos éxitos durante el reinado de Isabel la Católica. Y es que hace siglos nadie escuchaba el «All I want for Christmas is you» —la canción le ha «regalado» a Mariah Carey más de 60 millones de dólares desde 1994—, sino que los más pequeños esperaban la Navidad para cantar las aventuras y desventuras de otra María, su burra, un marido con manos hábiles, su hijo sin pecado, estrellas fugaces indocumentadas y reyes cargados de esencias. Pero ¿cuáles son los ‘hits’ más calientes en estos días de ‘trap’ y rosa(lías)?

Pues el «Campana sobre campana» anónimo y, como no podía ser de otra manera, de origen andaluz. Traducido a un centenar de idiomas, nunca falta en Cortilandia. Le sigue «El tamborilero«, parido en Checoslovaquia y hecho himno en la versión inglesa de Katherine Kennicott. Destaca la revisión LGTBI de Raphael —muy ‘porropoponpon’—, la de Bowie a medias con Crosby y, por supuesto, la de Bad Religion sin Kenny G. «Noche de paz«, «Blanca Navidad«, «La Marimorena«… todos ellos nos tocan con su halo entre grimoso y pacífico, melodías con la capacidad de condensar en el presente un pasado con mimbres de repetición futura. Y ya es Navidad por aquí.

3 comentarios en “Sin villancicos no hay Navidad

  1. En los últimos años, por lo menos en esta parte de América del Sur, sobre todo en Chile donde vivo, se ha perdido la tradición de los Villancicos en Navidad. Es más, en toda la semana, hasta el día de hoy, no los he escuchado.. Tradiciones que han quedado en el olvido y sólo nos queda los recuerdos de aquellos años donde no nos faltaba «Noche de Paz».

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    1. Es curioso lo que dices, querido amigo. Supongo que algunas tradiciones desaparecen, otras pervivien, y sin embargo, uno tiene siempre la certeza —o al menos la sospecha— de que las que merecen la pena nunca aguantan el tiempo suficiente. Te deseo una buena Navidad, aunque venga envuelta en silencio y recuerdos. Abrazo enorme.

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      1. Yo por lo menos tuve oportunidad de disfrutar de esa tradición de Navidad y hasta estuve en el coro de la Iglesia dónde predominaban los villancicos españoles. Pero bueno, los tiempos son otros y la Navidad de la familia no ha cambiado desde entonces porque los niños, son la prioridad de las fiestas. Gracias por tus deseos.

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