A estas alturas muchos ya habrán visto el documental «Rompan todo: La historia del rock en América Latina” y, como siempre en estos casos, la polémica está servida en el backstage, el escenario y las tertulias de Twitter. Por un lado, los que creen que están todos los que fueron, siempre debidamente amamantados por Gustavo Santolalla o sus méritos pretéritos; por el otro, los que no pueden entender que en un recorrido de seis horas por el cuerpo septuagenario de nuestro rock latino —amalgama y calidoscopio de culturas—, se haya dejado de lado a La Movida Madrileña, Ratones Paranoicos, Hombres G y otros muchos grupos susceptibles de ser reivindicados, aunque intrascendentes para la vida diaria. Fuera del debate, en cambio, flota una cuestión que deja en evidencia a aquellos que vamos sentando cátedra: si la música es universal, ¿por qué el Océano Atlántico actúa como barrera infranqueable del sonido?
Y es que, exceptuando la floreciente comunidad latina instalada en Madrid y alrededores, pocos músicos españoles hablan con fervor de Charly Garcia, Luis Alberto Spinetta y Gustavo Cerati —Santísima Trinidad sonora del viejo continente—, y si lo hace es ahora, justo después de ver un documental que pone de manifiesto la deuda nunca reconocida con nuestros primos lejanos. Quizás se deba a que el rock argentino es un género en sí mismo, inalcanzable para el oriundo de Chamberí; quizás sea porque el rock latinoamericano es, con la excepción de Maná, más complejo e intelectual que cualquier propuesta patria, y por lo tanto incomprensible para el feroz conquistador; quizás el misterio pertenezca a Fito Páez y Calamaro.
De la misma forma, pocos son los grupos mejicanos o chilenos que reconocen la influencia directa de Radio Futura, Nacha Pop y Gabinete Galigari —por nombrar las némesis de Charly, Luis Alberto y Gustavo—, aunque podría ser que sí estuviera presente en el subconsciente, tan cerca que termina por obviarse. Sea cual sea la razón de esta distancia, Netflix nos brinda la oportunidad de descubrir por encima un planeta dentro de otro planeta, la vida sostenida por obra y gracia de un estilo musical que lo rompía… y volverá.
