La falta de cariño

La falta de cariño es una forma de castigo. Prescinde de golpes y puertas cerrándose moviendo mucho aire. Se trata de una decisión consciente en uno. El otro se limita a aceptar su ausencia y el estruendo. Y olvida que puede vivir en una casa con un gato, sin amor diario o agua caliente, pero nunca sin muestras de cariño. Hablamos del cariño al margen de la caridad, muy lejos de contratos y cadenas. De ahí su misterio, de ahí que pueda ser representado con un trazo. La falta de cariño me convirtió en un hombre incapaz de recibir cariño sin salir huyendo.

Hay algo extraño en el cariño porque adquiere formas muy diversas. Las mujeres lo integran en el sexo, también cuando es muy guarro. Los hombres lo despliegan con desgana. El cariño aparece en el silencio, cuando dos, tres o varios ocupan una habitación sin decir nada. El cariño llena. El cariño nunca desgasta. El cariño. Quizás sea una escisión del amor, otra forma de decir te quiero al margen de palabras. No lo sé. Victor Jara envolvía al mundo con cariño. Quizás por eso le rompieron los dedos antes de matarlo.

Solamente los animales proporcionan cariño ilimitado. Creo que aprendemos mal de ellos, por eso al negárselo a otro de manera paulatina deja un rastro de sangre sin sangre. ¿Cómo puedo volver a aceptar cariño sin reservas? Observo a los perros del parque, a las palomas andando en círculos concéntricos, a los falangistas despidiéndose de un féretro… y regreso a casa. El apego implica un riego; la distancia una despedida de todas esas cosas buenas. Ahora todo se arregla con psicólogos. La falta de cariño tampoco.

Ilustración: https://klauskremmerz.com

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